21. El fondo oscuro de Annie


 

 

 

Jesús González Requena

Psicoanálisis y Análisis Textual, 2020/2021

2020-11-27 (2)

Universidad Complutense de Madrid

de esta edición: gonzalezrequena.com, 2021

 

  • la frialdad de Lydia
  • No es una cuestión edípica
  • El fondo oscuro de Annie
     

     

     

     

    ir al índice del libro


    la frialdad de Lydia


  •  


    •Annie: Of course, things may be different now.


    •Melanie: Different?


    •Annie: With Lydia.

     

    Se dan cuenta: lo que está en juego entre estas mujeres no es Mitch, sino Lydia.

     


    •Annie: Did she seem a trifle distant?


    •Melanie: A trifle.




    •Annie: Well, then perhaps things aren’t quite so different.

     

    Entonces, nada ha cambiado en lo esencial.

     

    Es la frialdad y la distancia de Lydia la que importa.

     

    No Mitch.

     

    Como ven, da la sensación de que Mitch es solo un expediente secundario en la relación de cada una de estas dos mujeres con la madre.

     


    •Annie: You know, her attitude nearly drove me crazy.

     

    Su actitud, la de ella, la de Lydia, no la de Mitch, casi la volvía Loca.

     

    Sabemos por qué; hemos visto el mecanismo en acción: en presencia de la madre, Melanie se volvía invisible para Mitch. A Annie hubo de sucederle lo mismo.

     

    Lo que significa que el propio Mitch se volvía también él invisible en presencia de la madre. De modo que la locura de la madre les impregna a todos.

     


    •Annie: When I got back to San Francisco,


    •Annie: I spent days trying to figure out exactly what I’d done to displease her.

     

     


    No es una cuestión edípica

    volver al índice

     


    •Melanie: Well, what had you done?


    •Annie: Nothing.


    •Annie: I simply existed. So what’s the answer? A jealous woman, right?


    •Annie: A clinging, possessive mother?

    •Annie: Wrong.

     

    Aquí tienen la negación explícita de esa idea equivocada de Spoto, que nos devolvía la imagen de una madre demasiado amorosa.

     

    Como les decía, Lydia es todo lo contrario a una madre pegajosa y posesiva. Es una madre fría y distante.

     



    •Annie: With all due respect to Oedipus, I don’t think that was the case.

     

    El espectador, cuando escucha todo esto, lo encuentra contradictorio.

     

    ¿Como no van a tratarse de celos edípicos?

     

    De hecho, les pasaba también a algunos de ustedes cuando yo les decía que no, que, sencillamente, el Edipo no había tenido lugar.

     

    Todo el drama del film se sitúa en un territorio esencialmente preedípico, pues la figura del padre no ocupa lugar alguno en esos celos.

     


    •Melanie: Then what was it?



    •Annie: Lydia liked me. That’s the strange part.


    •Annie: Now that I’m no longer a threat, we’re very good friends.

    •Melanie: Then why did she object to you?



    •Annie: Because she was afraid.


    •Melanie: Afraid you’d take Mitch?

    •Annie: Afraid I’d give Mitch.


    •Melanie: I don’t understand.


     

    Observen que el que Annie se ponga de pie ahora, sin que la cámara la siga en su ascenso y quedando por ello en un acentuado contrapicado, tiene por objeto dar todo su énfasis a las palabras que siguen:

     


    •Annie: Afraid of any woman who would give Mitch the one thing Lydia can´t give him, love.

     

    Exactamente de eso se trata.

     

    De la frialdad de la madre. De su incapacidad de dar amor.

     

    Pero también de que esa es una incapacidad de la que ella misma, Lydia, no quiere saber nada.

     

    •Melanie: That adds up to a jealous, possessive woman.


     

    Melanie no lo entiende.

     

    No lo entiende porque se empeña en pensar el asunto, precisamente, en términos edípicos.

     

    Pero, como vengo diciéndoles, esos no son los términos apropiados.

     


    •Annie: No, I don’t think so.


    •Annie: You see, she’s not afraid of losing Mitch.



    •Annie: She’s only afraid of being abandoned.

     

    Este seguro que les parecerá un enunciado contradictorio: si ella tiene miedo de ser abandonada, entonces tiene miedo de perder a Mitch.

     

    Pero es solo una contradicción aparente.

     

    No es Mitch, en tanto objeto, lo que le importa a Lydia.

     

    Es Lydia misma, es su narcisismo lo que está en juego.

     

    Es una mujer celosa y absorbente, sin duda, pero sólo cuando atisba que alguien pueda ofrecer a sus hijos lo que ella misma no les da. No tanto porque llegue a dárselo, sino porque eso le hace evidente, para ella misma, esa carencia de sí misma que no tolera conocer.

     


    El fondo oscuro de Annie

    volver al índice

     

    Es interesante este último desplazamiento de Annie.

     



    •Annie: No, I don’t think so.



    •Annie: You see, she’s not afraid of losing Mitch.



    •Annie: She’s only afraid of being abandoned.

     

    Sólo al final comprendemos su motivo: algo tan nimio como coger un cenicero.

     

    Pero claro está: ese es solo el motivo narrativo, en este caso meramente anecdótico. Hay otro de mayor alcance, que responde a exigencias de la puesta en escena

     


    •Annie: No, I don’t think so.



    •Annie: You see, she’s not afraid


     

    Lo sustancial es reintroducir ahora el fondo oscuro de Annie, ese espacio interior de sí misma que el interior oscuro de su casa, el que se encuentra tras ese marco, metaforiza.

     

    Nada lo confirma mejor que lo que sucede cuando vuelve de allí:

     


    •Annie: of losing Mitch.



    •Annie: She’s only afraid of being abandoned.

     

    Nunca como ahora la ecuación de igualdad entre Annie y el retrato de la mujer de rostro devastado -que por cierto solo ahora nos es mostrado de cerca y en su integridad- se hace tan patente.

     

    Pero atiendan a lo más notable del asunto: mientras habla del temor de Lydia a ser abandonada, es su propio abandono el que la imagen pone en escena.

     

    Ella es, pues, la realización del temor de la otra.

     

    En cierto modo, entonces, Annie se sacrifica por Lydia.

     

    Pero si introducimos a Mitch en la ecuación,deberemos decir: Annie es sacrificada a Lydia.

     



    •Melanie: Someone ought to tell her she’d be gaining a daughter.


     

    ¿Y qué decir de estas palabras de Melanie? ¿Acaso no nombran lo fundamental de la herida de Annie?

     

    Ciertamente, Annie lo niega:

     


    •Annie: (chuckles)


    •Annie: No. She already has a daughter.

     

    Pero, ¿qué puedo decirles? que la imagen lo desmiente:

     


    •Melanie: Someone ought to tell her she’d be gaining a daughter.


     

    Desmiente su risa con el cuadro del fondo.

     


    •Annie: (chuckles)


     

    Entonces, ahí está la cuestión: que Annie ha sido rechazada como hija.

     

    Es decir: que es la relación con la madre lo que está en juego en primer lugar para ella.

     

    ¿Que Lydia no es su madre? No lo es objetivamente, pero sí subjetivamente, vía transferencia. Como lo es también para Melannie.

     

    De modo que no hay, en en Bahía Bodega, Edipo alguno.

     

    Todas las relaciones pasan, exclusivamente, por la madre.

     



    •Melanie: Well, what about Mitch? Didn’t he have


    •Melanie: anything to say about this?

     

    ¿Qué pasa con Mitch? ¿No tiene nada que decir sobre eso?

     

    Exactamente: Mitch no tiene nada que decir sobre ello, sencillamente porque no tiene nada que decir -porque carece de discurso propio.

     



    •Annie: Well, I can understand his position.



    •Annie: He’d just been through a lot with Lydia after his father died. He didn’t want to risk going through it all again.

     

    Annie conoce a la perfección el pánico que Mitch siente ante las crisis de angustia de su madre.

     



    •Melanie: Oh, I see.


    •Annie: So itended.


    •Annie: Not right then, of course.


    •Annie: We went back to San Francisco, saw each other now and then,


    •Annie: but we both knew it was over.

     

    ¿Ven lo que les decía de la propuesta que Mitch le hacía a Melanie? Reducida a entretenimiento de escaso valor entre semana en San Francisco.

     



    •Melanie: Then what are you doing here in Bodega Bay?


    •Annie: I wanted to be near Mitch.


     

    Tal es la locura de Annie.

     

    Solo no sabe que es de Lydia de quien está prendada, en la misma medida en que es por ella por quien se sacrifica.

     


    •Annie: Oh, it was over and done with, and I knew it, but…



    •Annie: I still wanted to be near him.


    •Annie: You see,


    •Annie: I still like him a hell of a lot,

     

    Sigo apreciándole mucho, traducen aquí los dobladores.

     

    Pero es más conveniente una traducción al pie de la letra: todavia me gusta condenádamente.

     

    Es su infierno particular el que está en juego.

     

    Queda pues al desnudo su masoquismo, en todo correspondiente al sadismo que ya hemos reconocido en Mitch.

     

    Annie está dispuesta no solo a ser la otra, sino incluso a ser la otra de la otra.

     


     

    Melanie lo acusa casi asustada, hasta el punto de que queda por un instante paralizado el gesto de encender su cigarrillo.

     


    •Annie: and I don’t want to lose that friendship,


    •Annie: ever.

     

     

    volver al índice del capítulo

     

     

    ir al índice del libro