14. La tercera carta

 

Jesús González Requena
Edipo III. La tarea del hijo
Seminario Psicoanálisis y Análisis Textual 2016/2017
sesión del 02/12/2016 (2)
Universidad Complutense de Madrid
de esta edición: gonzalezrequena.com, 2021

 

 

 

 

 

 

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Llega la tercera carta

 


 

La inmensa lápida preside de nuevo el espacio.

 




•Charlie: Whoa.



•Charlie: Howdy, Mr. Jorgensen.


•Jorgensen: Charlie!


•Charlie: Got me a letter here.

 

Es, ya saben, la tercera carta.

 


 


•Jorgensen: By golly, a letter?

 

Y bueno, ya lo ven, en este universo, una carta es un acontecimiento.

 

Tiene lugar entonces, digámoslo así, un raccord de carta.

 



 

Y la carta se inscribe ahí, en ese paisaje densamente simbólico cuyas referencias mayores ya conocemos: a la izquierda, las montañas de la muerte, a la derecha, el agua de la vida, que es también el agua del erotismo.

 


•Charlie: lt’s for Miss Laurie.

 

Es para la señorita Laurie.

 

Y se dan cuenta de que Charlie se ha vestido de cortejo.



•Jorgensen: Two letters in one year, by golly!



•Jorgensen: Mama! Mama! lt’s Charlie MacCorry .




•Jorgensen: He’s come with a letter and he’s come a-courting ,too, by golly! Come on.

 

Se lo oyen a Jorgensen: Charlie no solo trae una carta a Laurie, sino que viene a hacerle la corte.

 

 


La guitarra y la carta – un notorio fallo de raccord

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•Mrs. Jorgensen: Good morning, Charlie .


•Charlie: Howdy, Mrs. Jorgensen.



 

¿Se han dado cuenta del fallo de raccord?

 

Lo que lo suscita es un asunto que ya anotamos.

 




 

La guitarra que estaba en posición inversa en el plano anterior, entra en la casa de Laurie apuntando a ésta en la más precisa metáfora imaginable de una erección.

 


•Jorgensen: Laurie, here’s a letter for you.

 

La desenvoltura erótica con la que Ford juega con la guitarra de Charlie es del todo evidente. Pero ello no debe ocultarnos que existe una acentuada disociación entre la guitarra y la carta.

 

Recuerden lo que les dije: la fórmula del falo no se reduce al pene en erección.

 


•Jorgensen: Charlie brought it.

 

Charlie la trae, pero no es suya.

 




•Charlie: l figured it might be the news you been waiting for, so l–

 

Laurie reconoce el deseo de Charlie. Y lo agradece.

 

¿Qué mujer no se siente alagada al ser capaz de despertar la erección de un varón?

 


•Laurie: Well, thank


•Laurie: you, Charlie.


•Charlie: You’re welcome.


 

Pero es la carta lo que a Laurie realmente importa, pues espera de ella una promesa.

 



•Charlie: Say, l brung you some


•Charlie: boiled sweets.


•Laurie: Why, thank you, Charlie.



•Jorgensen: Come on, let’s sit down and get comfortable while Laurie reads the letter.

 


•Charlie: l reckon l really ought to be going–



•Mrs. Jorgensen: No, sit down, Charlie.

•Jorgensen: No, no, you stay, Charlie.



•Jorgensen: After all Charlie brought the letter, Laurie. He’s got a right to listen too .

 


•Charlie: l’ll sit a spell.

 

Laurie trata de retirarse para leer sola su carta.

 

La puerta abierta del fondo parece una invitación para ella.

 


•Mrs. Jorgensen: Come on, Laurie, read the letter.

 

Pero la presión familiar no se lo permite.

 



•Laurie: Oh, Ma, it’s my letter.

 


Guitarra, carta -la fórmula del falo

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¿Se dan cuenta de cómo la fórmula completa del falo preside la escena?

 


 

Les hablaba del conflicto entre la carta y la guitarra.

 

Y bien, les recuerdo, la fórmula del falo que les propongo incluye pene, erección y palabra. Y no pierdan de vista que la fórmula responde al deseo de la mujer.

 

Pues bien, llegado el momento, la palabra toma el mando.

 

Y con qué pasmosa literalidad fordiana. Ella, que ha burlado la guitarra de Charlie,

 


 

pega ahora la carta a su sexo.


 

Pueden encontrar aquí una manifestación más de esa erotización de la palabra masculina de cuyo origen mitológico les he hablado ya.

 

«respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”

El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (…)»

 


•Mrs. Jorgensen: Of course it is, dear. But read it.


•Jorgensen: Go ahead. Read it.



 



 

No menos notable es que se siente en el mismo lugar en el que estuvo sentado Marty ante ella.

 

Y allí, pega la carta a su pecho, como antes cubriera con ella sus genitales.

 


•Mrs. Jorgensen: Please.



•Laurie: “Dear Miss Laury–“


•Laurie: Spelled it with a Y instead of an l-E. You’d think he’d know better.

 

Y lo primero que reclama Laurie: ser nombrada por quien le envía la carta.

 


•Jorgensen: Oh, spelling, please.


•Jorgensen: What’s the difference? Read the letter.

 

 

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