8. Internándose en un mundo sagrado y oscuro

 

ir al índice del libro

 

 

 


Ella oye cosas sobre la oreja

 

Se dan cuenta, supongo, de que esta aparición, netamente femenina, viste de rosa.

 

Constatación que nos lleva a reparar en que el joven que ha iniciado su exploración de lo real

 


•Jeffrey: How did you know?

 

parece vestir de azul.

 



•Sandy: I just know’ that’s all.

 

Su respuesta, esquiva, es una invitación a hacerse seguir.

 

Por lo que a ella se refiere, es evidente que quiere alejarse de su casa arrastrando al muchacho tras ella.

 

Es patente que ella toma la iniciativa en una bien evidente operación de seducción.

 

Pues es obligado deducir que ella ha escuchado la conversación de Jeffrey con su padre y se ha apresurado a salir de la casa y esconderse en el jardín decidida a abordarle a su salida.

 


•Sandy: I remember you from Central.


 

Ella había reparado en Jeffrey, ese chico del instituto algo mayor que ella. Es decir: aunque él la ignoraba, a ella él le gustaba.

 

Y ahora, de pronto, ella se ha hecho visible en el centro de su campo visual.

 


•Jeffrey: Oh, yea? Are you a senior?

•Sandy: Yup.


•Jeffrey: How is Central these days?

•Sandy: Terrible.


•Sandy: I don’t know… boring.

•Jeffrey: What else is new!


•Sandy: So what are you doin’ now?

•Jeffrey: I’m home from school. My father’s in the hospital.


•Sandy: That’s too bad.

•Jeffrey: Yeah.


•Jeffrey: What do you know about the ear?

 

Nueva conexión por contigüidad entre la enfermedad del padre y la oreja cortada.

 

Ella, ahora, es interesante para él, en tanto que sabe algo sobre la oreja.

 


•Sandy: Didn’t Dad say not to talk about it?


•Jeffrey: Yeah’ but you brought it up.


•Jeffrey: You know anything?


•Sandy: I don’t know much but bits and pieces.


•Sandy: I hear things.


 

Ella oye cosas.

 

Es decir: con sus orejas, ella oye cosas sobre la oreja.

 


•Jeffrey: Yeah?


•Sandy: My room is above my father’s office so…


•Jeffrey: Above youh fatheh’s office?

 

 

El interés de él por ella se acrecienta por la condición que ella ahora obtiene de espía de su propio padre.

 

El otro día les suscité la cuestión sobre el sonido doméstico más turbador para un niño pequeño.

 

Ese sonido que se oye de noche en la casa familiar.

 

Pero aquí lo que ella oye por la noche son las conversaciones del padre sobre crímenes.

 



•Sandy: So l heard a few things about the ear.

 

 

Ella ha oído cosas sobre la oreja.

 

Pero se darán cuenta de que la traducción pierde la comunidad sonora existente en inglés entre el verbo to hear y el sustantivo ear, bien próxima a la existente en español entre el verbo oír y el sustantivo oido.

 

Y ello se debe a que ear nombra en inglés tanto la oreja como el oído.

 


•Jeffrey: Uh-huh. And?


•Sandy: Well…


•Sandy: Well… there are a couple of cases l get mixed up on.

 

Poderoso este plano que sin ser subjetivo, pues no hay raccord de mirada, ni a priori ni a posteriori, es sin embargo un plano en travelling de avance en el que el desplazamiento de la cámara coincide con el de ellos dos caminando por la calle y en el que se nos muestra lo que se da a ver ante ellos aun cuando ellos no lo miren.

 

Es así como los dos muchachos se internan progresivamente en el mundo de lo oscuro.

 


•Sandy: But one name that keeps coming up is this woman singer.

 

Se introduce entonces, por primera vez, el personaje de Dorothy, quien comparece como cantante.

 

Lo que no deja de participar del campo semántico de la oreja, dado que toda canción existe para ser escuchada.

 

Momento éste en el que debo recordarles que -he aquí otro hecho empírico en el que se manifiesta la diferencia sexual- es el sonido del cuerpo de la madre, sus gemidos, el rastro sonoro mayor de la escena primaria.

 

 

 

 

 


¿Qué proposición?

volver al índice

 


•Sandy: She lives in an apartment real close to your house. Close to the field where you found the ear.

 

Reaparece aquí y se precisa esa configuración espacial que ya fue suscitada en la escena de la comisaría.

 

Jeffrey y Sandy, los Beaumont y los Williams, viven en el mismo barrio, Vista, pero la casa de los Beaumont parece encontrarse cerca de los límites del barrio, próxima ya tanto al otro barrio -el mal barrio, Lincoln- como al campo donde apareció la oreja.

 


•Jeffrey: It’s a strange world, isn’t it?

 

El descubrimiento de la extrañeza del mundo es, les decía, el tema central del film.

 

¿Cómo es posible que cosas tan diferentes, tan opuestas, al menos aparentemente, puedan estar tan cerca las unas de las otras?

 


•Sandy: Yeah.

•Jeffrey: Where is this apartment?


•Sandy: It’s really close by. That’s what’s so creepy. They had her under surveillance, ‘cept I don’t know what they found out ’cause she’s not my dad’s case.


•Sandy: So…



•Jeffrey: I guess you gotta get back home pretty soon’ huh?

 

Él va a hacerle una proposición.

 

Y ella quiere que él le haga una proposición.

 


•Sandy: Not really. Why?

 

¿Qué proposición? Sin duda:

 


•Jeffrey: Well’ uh…


•Sandy: You… wanna see the building.


•Jeffrey: Yeah.

 

El asunto, para ella, es: ¿quiere que le lleve a ver la casa porque quiere estar conmigo o quiere estar conmigo porque quiere que le lleve a ver la casa? Esta ambigüedad va a tener un muy largo recorrido en todo lo que sigue.

 

Y observen, a este propósito, una cosa notable: aunque la película se ancla esencial y sistemáticamente en el punto de vista de él, tenemos más claro lo que ella desea que lo que desea él.

 

Pues Sandy -lo hemos podido deducir ya sobradamente- desea a Jeffrey.

 

Lo que Jeffrey desea, en cambio, nos resulta bastante más oscuro.

 

Y por cierto que en la misma medida en que es así también para él.

 

Lo único que podemos por ahora percibir con claridad sobre él son sus evidentes dotes de seductor.

 


•Sandy: Come on’ I’ll show you.

 

 

 

 


Un mundo de resonancias religiosas

volver al índice

 


•Jeffrey: Ok.



 

Lo amenazante del barrio en el que se internan se manifiesta de inmediato.

 


•Hey, baby! Hey, babe!


 

Se trata de un territorio donde la sexualidad se hace explícita.

 

Y es también un territorio húmedo.

 

Lo observamos en el hecho de que la calle aparece ahora mojada, cuando en la escena anterior se encontraba seca.

 



•Sandy: That’s her building right there.



•Sandy: She lives on the seventh floor.




•Sandy: Come on.




 

De modo que Dorothy vive en el séptimo piso del edificio Río Profundo del barrio Lincoln.

 

Como ven, se produce aquí toda una saturación de referencias intertextuales.

 

Ya hemos hablado del nombre del barrio, Lincoln, que suscitaba la sombra del crimen contra padre de la patria y de la ley.

 

Está, por otra parte, el nombre del edificio:

 


 

Deep River, Río profundo, que ahora ya es legible en la gran pantalla, pero cuyo nombre retornará de manera mucho más visible en una escena posterior:

 


 

Deep River es el nombre de una de las más conocidas canciones gospel de la cultura popular norteamericana:

 

Aquí tienen su letra:

 

«Deep river,
My home is over Jordan.
Deep river, Lord.
I want to cross over into campground.

 

Deep River,
My home is over Jordan.
Deep river, Lord,
I want to cross over into campground.

 

Oh, don’t you want to go,
To the Gospel feast;
That Promised Land,
Where all is peace? Oh, deep river, Lord,
I want to cross over into campground.»

 

Y no menos resonancias religiosas acompañan al número siete:

 


•Sandy: She lives on the seventh floor.

 

En primer lugar, los pecados capitales, que son siete.

 

Lo que parece especialmente oportuno, dado que la mujer que allí vive aparece, desde el primer momento, signada por la cifra del pecado.

 

Y, suscitada esta primera resonancia religiosa, cabe preguntarse por el séptimo de los Diez Mandamientos.

 

¿Saben ustedes cuál es? En el mundo católico, el que prohíbe el robo. Pero en el presbiteriano -religión de matriz calvinista en la que fue educado David Lynch-, el séptimo mandamiento es el que prohíbe el adulterio.

 

No acaban aquí las resonancias religiosas -mitológicas, si ustedes prefieren- del asunto. Otra llega por la vía del cine. Me refiero a la película El séptimo cielo7th Heaven– que realizó Frank Borzage en 1927, a partir de la obra teatral de Austin Strong y guion de Benjamin Glazer, que tendría un remake posterior den Henry King (1937) -Guion Melville Baker.

 

Es la historia de amor de un barrendero y una joven maltratada que viven en una buhardilla, en el séptimo piso de una casa en Montmartre.

 

En el film de Borzage la diferencia es directa, pues se atiene a los siete pisos que los personajes deben subir andando para llegar hasta ella, como en Blue Velvet deberá hacerlo Jeffrey dado que el ascensor de la casa de Dorothy está permanentemente estropeado.

 

En el campo de las resonancias religiosas, se hace oír en el título de aquel film –El séptimo cielo– cierta tradición judeo-cristiana de acuerdo con la cual habría siete cielos, siendo el séptimo el último, en el que residiría el mismo Dios, de modo que la expresión séptimo cielo alude a un estado de extrema felicidad.

 

Aunque, por otra parte, conociendo a Lynch y su interés por la meditación, podría pensarse más bien en el séptimo de los nueve cielos de Dante, caracterizado por la meditación y la sabiduría.

 

Así pues, la combinación del nombre del edificio

 


•Sandy: That’s her building right there.



•Sandy: She lives on the seventh floor.

 

con el número de la planta estrecha la resonancia religiosa: la Tierra Prometida, el Paraíso, el Séptimo Cielo.

 

Pero hay que añadir, un cielo, un paraíso y una tierra prometida que no pasa por el Padre, sino por su asesinato.

 

volver al índice

 

 

 

Safe Creative #2005103952971