13. La razón y sus límites

 

 

Jesús González Requena
Edipo II. Del odio a la promesa
Seminario Psicoanálisis y Análisis Textual 2015/2016
sesión del 27/11/2015 (1)
Universidad Complutense de Madrid
de esta edición: gonzalezrequena.com, 2016

 

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Después del combate: la razón y sus límites

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Clayton: No, Ethan. Leave them carry off their hurt and dead.

Ethan: Well, Reverend, that tears it!


Ethan: From now on, you stay out of this, all of you.

Ethan: l don’t want you with me.

Ethan: l don’t need you for what l gotta do.



Clayton: Well, Edwards, l …

 

Para sorpresa del espectador, lo que sigue al violento enfrentamiento entre Clayton e Ethan es esta frase del primero:

 

Clayton: l guess you’re right.

 

Supongo que tienes razón

 

Clayton da la razón a Ethan.

 

Pero no se dejen engañar por la traducción española de la frase. Tengan en cuenta que lo que ha dicho no ha sido you have reason.

 

Lo que trato de decirles que en su you’re right no se tematiza propiamente la razón, sino la corrección, ni siquiera tanto el derecho como lo derecho, lo recto de la acción de Ethan.

 

En el límite: lo correcto de su posición incluso cuando se manifiesta inflexiblemente irrazonable.

 

Lo hace con incomodidad, sin ni siquiera mirarle a la cara, incluso desviando su rostro en otra dirección,

 

Y es que hay un motivo, de Ethan, que Clayton no puede hacer suyo. Ni como capitán, ni como predicador.

 

Clayton: We gotta get Nesby back.

 

Pues, como lo uno y lo otro, debe hacerse cargo de sus heridos y abandonar una persecución que, en términos estrictamente pragmáticos, se manifiesta del todo irrazonable.

 

¿Se dan cuenta, por cierto, de hasta dónde alcanza ese no mirarle a la cara de Clayton a Ethan sobre el que acabo de llamarles la atención?

 


Casi una escena de amor

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Clayton: l guess you’re right.

Clayton: We gotta get Nesby back.

 

¿Y qué me dicen, por otra parte, de Ethan cuando oye a Clayton darle la razón?

 

¿No les parece entristecido?

 

 

Véanlo mejor:

 

 

Yo diría que manifiesta una tristeza casi infantil, en cierto modo semejante a la incomodidad -también algo infantil- con la que Clayton le ha dado razón.

 

 

Lo que trato de decirles es que -y este es un trazo netamente fordiano- ambos están enfurruñados, ambos lamentan haberse enfrentado y a ambos les duele tener que separarse.

 

Pero lo realmente asombroso es que este rostro de tristeza

 

 

siga en el film casi inmediatamente después de este otro de enfrentamiento feroz.

 

 

 

 

Clayton: lt’s a job for a whole company of Rangers…

Clayton: …or it’s a job for one or two men.

Clayton: Right now, we’re too many and not enough.

 

Es casi una escena de amor: la escena de una separación triste pero inevitable.

 

Nos damos cuenta ahora de que Ethan, a pesar de su intratabilidad, de su acentuada antipatía, se había ilusionado -sólo ahora nos damos cuenta de ello- de poder volver a cabalgar con sus viejos compañeros.

 

Y por el lado de Clayton, junto a su no mirar a la cara a su amigo está ese otro rasgo notable: el modo en que da mil vueltas a su sombrero; no hay duda de que no es menor su incomodidad, su esfuerzo por velar tanto su propio afecto como su consciencia de que va dejar solo a su amigo en su búsqueda.

 


Cuestión de honor

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De que va a abandonar otra vez y de que, por eso mismo, va a abandonarle otra vez.

 

Recuerden:

 

Ethan: Figure a man’s only good for one oath at a time.

 

En su momento, cuando hablamos de esta escena nos centramos en la figura de Ethan. Ahora debo llamarles la atención sobre la de Clayton.

 

¿Han visto como se ha tensado al escuchar la frase de Ethan?

 

En un principio se encontraba enfadado y exigente, pero relajado. Luego se han tensado todos los músculos de su cuello, a la vez que su cabeza se ha levantado lentamente, en la medida en que se ha sentido sorprendido y tocado. Y es que había olvidado eso que ahora se le recuerda.

 

Su reacción, en lo que sigue, le llevará a la misma posición en la que se encuentra en esa escena posterior de la que ahora estamos ocupándonos.

 

Ethan: I took mine to the Confederate States of America.

 

Parpadea primero, en un gesto de titubeo, como si tratara de aclarar su mirada, pero luego, en seguida, desvía la cabeza y baja la mirada.

 

 

Busca para ello una justificación en el desayuno que le han ofrecido,

 

 

como más tarde la buscará en las arrugas de su sombrero.

 

Ethan: So did you, Sam.

 

Se siente humillado, mas no por Ethan, sino por el recuerdo del modo en el que se vio obligado a renunciar a su propio juramento.

 

Este tema, el de dar la cara o retirarla sin atreverse a mirar de frente, es, por lo demás, algo que ha sido directamente suscitado en la escena inmediatamente anterior a la que ahora nos ocupa.

 

Ethan: War chief, he’s gotta, to save face.

 

El jefe guerrero indio tiene que salvar la cara -es ya casi obligado suscitar su nombre: Scar, cicatriz, por tanto, en cierto modo, Scarface, cara cortada.

 

Porque hemos visto la escena, sabemos que Scar salva la cara, sostiene su figure.

 

Y digo su figure porque lo que se suscita es esa expresión de tan difícil traducción que apareció en el momento en el que Ethan recordó su juramento:

 

Ethan: Figure a man’s only good for one oath at a time.

 

La traducción española postula la omisión de I que haría de figure un verbo:

 

Creo que un hombre sólo puede hacer un juramento en su vida.

 

El diccionario Colins nos ofrece para figure, como sustantivo, algo que sugiere la posibilidad de otro sentido. Así, traduce a fin figure of a man por un hombre de físico imponente.

 

De modo que los sentidos de figure se despliegan así: figura, estatua, tipo, línea, talle, silueta, dibujo, número, cifra, cantidad representar, imaginar, figurar.

 

Está en juego, entonces, la imagen de un hombre allí donde su representación hace estatua y, a la vez, donde se pone en juego su cifra.

 

Cabría entonces asociarlo a la temática del honor, en su sentido tradicional, en el que se juega no solo la coherencia personal del sujeto, sino también la estampa pública de ésta.

 

De modo que es el honor lo que está en juego, tal y como se manifiesta en la expresión poder ir por el mundo con la cabeza bien alta.

 

Y bien, de eso adolece el bueno de Clayton.

 

En todo caso -y con ello volvemos al asunto del comienzo- lo que tiene que ver con esa face, con esa figure, con ese honor, nada tiene que ver con la razón, pues no era la razón lo que Clayton le daba a Ethan, sino el reconocimiento de lo recto de su actitud.

 

Pues si en un lugar opera la razón en este contexto es -como no podía ser de otra manera- en el discurso de Clayton: on: lt’s a job for a whole company of Rangers or it’s a job for one or two men. Right now, we’re too many and not enough.

 

Estos sí son los términos de un cálculo rigurosamente meditado.

 

Ahora somos demasiados y no bastantes, es decir, demasiado pocos. Haría falta un ejército, pero no tenemos un ejército.

 

¿Vale un hombre lo que un ejército? ¿Vale un hombre lo que toda una sociedad?

 

La respuesta de Ethan se traduce en el modo en el que se yergue en el plano:

 

Ethan: Me, l’m going on alone.

Ethan: Any objections?

Clayton: Good luck.

 


Brad y la muerte

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Vean ahora con que elegancia se transforma la escena.

 

 

Ethan se aleja de Clayton, Clayton se vuelve hacia él y, en ese mismo momento, se levanta Brad y toma la palabra:

 

Brad: There’s only one way you can stop me

Brad: from looking for Lucy, mister.

 

Y de qué modo tan notable se modifica la imagen en el cambio de plano, con sólo una ligera colocación de la cámara más a la izquierda en el nuevo plano con respecto al anterior.

 

 

Por esa vía, ha disminuido considerablemente el cielo abierto, y la imagen ha quedado estrechada entre dos masas de montañas.

 

También: qué diferente es la gran roca de Ethan -a su derecha, en extremo sólida, maciza, rectilínea- frente a las montañas de Brad -curvilíneas, onduladas, podríamos decir que incluso blandas.

 

 

Dos rostros -los de Brad e Ethan- en sombra, oscurecidos, y sólo uno iluminado: el de Martin. Una vez más, en el centro, situado en posición intermedia en los conflictos de los que Ethan participa -sólo más adelante, en la segunda parte del film, llegará Martin a entrar en conflicto directo con él.

 

Pero si el rostro de Martin está iluminado -escribiendo, una vez más, su interrogación sobre Ethan-, sus ojos están profunda, intensamente oscurecidos.

 

Brad: And that’s kill me!

 

Ya sabemos que Brad está instalado en la muerte.

 

Pero detengámonos en el modo en el que esa instalación se expresa:

 

Sólo de una manera puedes detenerme en mi búsqueda de Lucy y es matarme.

 

Brad, ciertamente, es un buscador.

 

Pero ¿qué busca?, ¿a Lucy o la muerte?

 

Y saben ustedes que no hay dos respuestas, sino solo una: Lucy es, para Brad, la muerte y por eso encontrará a ambas a la vez.

 

 

Ethan se vuelve hacia Brad y, simultáneamente, Martin avanza y se gira ligeramente para interponerse, queriendo así proteger a su amigo.

 

Cree que le protege, pero se equivoca. Se equivoca porque cree que tiene que protegerle de Ethan, cuando lo que Brad necesita es que le protejan de sí mismo.

 


Un raccord fordiano

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Martin: That’s the way l feel, Uncle Eth–

Martin: Ethan, sir.

Ethan: All right.

Ethan: But l’m giving the orders, hear?

 

¿Qué les ha parecido este nuevo raccord?

 

 

Es un buen momento para reparar en el arte de la composición fordiana.

 

Pues aparentemente se trata de un raccord sobre el eje -es decir, uno en el que el segundo plano cambia la escala del primero, pero manteniéndose el mismo eje de cámara; es decir, la cámara se mantiene en la misma línea con respecto a los personajes, situándose más cerca de ellos.

 

Lo que produce ese efecto de raccord sobre el eje es la constancia de la angulación sobre Martin e Ethan.

 

Sin embargo, si atendemos a la posición de los tres personajes con respecto a las montañas del fondo, percibimos con claridad que se ha producido un considerable cambio de angulación: la cámara se encuentra ahora más a la izquierda que antes con respecto al grupo.

 

Y la transformación opera en la misma dirección que la que anotáramos antes cuando la escena basculó de Clayton a Brad:

 

 

¿Transparencia? ¿Inanalizabilidad?

 

Es clara la intención fordiana: según el conflicto retorna, tanto menos aire tiene la composición, tanto menos cielo, tanto más se estrechan las montañas entre sí como aprisionando a los personajes.

 

Se formula entonces la cuestión de la ley.

 

Ethan: l’m giving the orders.

 

Yo doy las ordenes -y no aceptaré que sean desobedecidas ni discutidas.

 

Ethan: And you’ll follow them or we’re splitting up right here and now.

 

Sólo pueden ser seguidas.

 

 

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